[no_blockquote text=”“Un gran rompecabezas estético”. Así define a la Confitería del Molino el arquitecto Guillermo García. Hoy, abierta al público luego de un largo proceso de restauración, se puede volver a admirar todo el esplendor que supo tener por casi un siglo y que, en los últimos 35 años, se transformó en un vergonzante fantasma de la ciudad.” show_border=”yes” show_quote_icon=”yes”]